Nunca han visto a Juba. Lo oyen, pero entonces ya es demasiado tarde: suena un disparo y otro soldado estadounidense cae derribado, muerto o herido.
Nunca se produce un segundo disparo, nunca tienen los soldados estadounidenses la oportunidad de identificar el origen del tiro y cazar al cazador. El francotirador dispara una sóla vez y luego se esfuma.
Juba es el apodo que los soldados estadounidenses han dado a un francotirador insurgente que opera al sur de Bagdad. Ignoran su aspecto, su nacionalidad y su verdadero nombre, pero conocen y temen su pericia.
Ataques con armas sorprenden ocasionalmente a las patrullas montadas y a pie que organiza el batallón, pero el chasquido solitario de lo que parece ser un rifle Tobuk inspira especial pavor.
En una guerra marcada por bombas sectarias y bajas civiles, Juba es excepcional dado que solamente apunta a soldados de la coalición, un blanco difícil que se mueve protegido por vehículos acorazados, blindaje corporal y cascos. |