Jorge Julio López había sido secuestrado y torturado durante la última dictadura militar bajo las órdenes de Camps y Etchecolatz. El lunes 18 de septiembre debía presentarse nuevamente como testigo en el juicio contra el represor y genocida Etchecolatz pero nunca apareció. Su testimonio había sido clave en la condena de cadena perpetua que finalmente recibió el ex comisario, responsable de las torturas que se cometían en el Pozo de Arana y el Pozo de Banfield, entre otros centros clandestinos, y donde estuvo detenido López.
A 10 diez de su desaparición, en medio de amenazas e indicios claros de cómo la policía sigue operando con los mismos métodos y la misma impunidad que durante los años de la dictadura, miles de personas se movilizan a la Plaza de Mayo - en una jornada donde hubo actos en todo el país - para exigirle al gobierno nacional y provincial la aparición con vida del compañero y responsabilizarlo por su desaparición.
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